Madrid, 16 de noviembre del 2022.- Cada empresa de transporte vive hoy su particular proceso de renovación de camiones. Es complicado generalizar, sin embargo, ASTIC, ha emitido unas cifras y ha descrito una coyuntura muy preocupantes sobre la adquisición de nuevas cabezas tractoras y sus efectos en la sostenibilidad de los transportistas.
Las empresas afiliadas a ASTIC encuentran grandes problemas para renovar sus flotas de camiones con plazos de entrega que superan el año y precios hasta un 50 % más caros que en 2020. Una situación que está afectando seriamente a su habitual dinámica de renovación de vehículos, dañando sus cuentas de explotación, su eficiencia y sostenibilidad.
El 63% de las empresas encuestadas por ASTIC dispone de flotas de más de 100 camiones. El mismo porcentaje corresponde a las que han respondido que el plazo de renovación para sus vehículos se sitúa entre 3 y 5 años. Únicamente un 3,3% ha contestado que ni ha comprado, ni solicitado ofertas para nuevos camiones en los últimos 2 años. De las que sí lo han hecho, dos de cada tres reflejan volúmenes de compra de hasta 50 camiones, pero un 6 % lo hace para volúmenes de más de 150 unidades.
En relación a los plazos de entrega, la encuesta muestra que algo más de la mitad de las empresas consideran que son muy cambiantes e inciertos y que no hay plazo firme para entregarlos en una fecha concreta y, en otros casos, cuatro de cada diez reflejan que, si bien dichos plazos de entrega están fijados por contrato, son muchos más dilatados que los de anteriores ejercicios, superando con frecuencia el año de espera.
La crisis de materias primas y los cuellos de botella en las cadenas de producción y logísticas, además de distorsionar por completo los calendarios de renovación de los vehículos pesados, también ha provocado un aumento brutal de sus precios. La encuesta realizada por Astic muestra que un tercio de las respuestas refleja subidas de entre el 30 % y el 50 %, respecto a la situación anterior a octubre de 2020 y con perspectiva de nuevos incrementos inmediatos.
El precio medio de una cabeza tractora se situaba entre 85.000 y 100.000 euros antes de octubre de 2020 y un remolque, alrededor de 27.000 euros para carga general, 50.000 para frigorífico y 70.000 una cisterna. Actualmente esa misma cabeza tractora cuesta por encima de 130.000 euros, a lo que hay que añadir más de 35.000 euros del semi-remolque general, por no hablar de los frigoríficos que superan los 65.000 euros o los 100.000 euros de las cisternas.
«La antigüedad media de los camiones en España, que cuenta con un parque rodante de 560.000 vehículos, aproximadamente, supera los 13 años en 2021 frente a los 11 años de nuestros vecinos europeos. No es así en el caso de nuestras compañías asociadas que destacan por renovar sus flotas con menos de 4 años de media. La situación actual, además de afectar a la eficiencia operativa de cara a los cargadores y exportadores, daña el compromiso de nuestras empresas con la sostenibilidad del transporte y provocará tensiones muy acusadas en los precios del mismo para combatir la erosión de las cuentas de resultados; no hay que olvidar que otras partidas de coste como los seguros, peajes, componentes, combustibles o personal también están experimentando encarecimientos de doble dígito desde hace más de un año», ha destacado Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic.